El diseñador piensa a través de los bosquejos, entendidos como unos dibujos característicos que determinan gran parte de las representaciones externas de la actividad proyectual, con la capacidad de transformar una prefiguración en algo material. Se caracterizan por ser intensos, rápidos, ambiguos y en líneas generales elaborados a mano alzada ya sea sobre una servilleta, la bitácora de dibujo, el tablero, una tableta digitalizadora o un monitor interactivo.
Desde la enseñanza en diseño, el ejercicio constante de dibujar bosquejos proporciona nuevos conocimientos y estos a su vez conducen a un nivel más complejo y profundo de reinterpretaciones, hasta adquirir la capacidad de integrar al proceso otros componentes como fluidez y belleza. Esos bosquejos construidos de manera colaborativa en el aula de clase son considerados como un instrumento de alta complejidad, que permiten construir soluciones novedosas con diversos niveles de coherencia. Su valor conceptual nos permite catalogarlo como en el corazón mismo del proyecto llenando de sentido y sensibilidad la actividad proyectual en diseño. El proceso que permite la transformación en clase de unas cuantas líneas a un bosquejo refinado no es del todo claro, por lo que consideramos que es muy valioso proponer un estudio desde una perspectiva multidimensional. Palabras clave: diseño, representación, bosquejos, aprendizaje por proyectos, diseño colaborativo, dibujos de diseño, actividad proyectual. |
Camilo Andrés
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